Antanas Mockus nos volvió a dejar estupefactos, esta vez no por bajarse los pantalones, sino por lo recuperado que se ve del párkinson que lo aqueja desde hace varios años. En video, Mockus envió un mensaje a los asistentes al congreso del partido Verde, sin el menor asomo del temblor ni de los movimientos involuntarios con los que nos acostumbramos a verlo.
Ni en mis inicios en el periodismo, como reportera de salud, hace más de 20 años; ni por las circunstancias personales que me han llevado a estar con cierta frecuencia en contacto con neurólogos, había oído que una enfermedad neurodegenerativa, como es el párkinson, se pudiera curar. Pensé, entonces, que Mockus quizá fue sometido a un tratamiento experimental… pero no. Los médicos con los que hablé me explicaron que la cirugía de estimulación cerebral profunda, a la que a pesar de sus resultados no se le considera una cura, se practica hace unos 30 años en el mundo y hace unos 20 en Colombia, donde alrededor de 2.000 personas se han beneficiado de ella.
Pregunté por qué si en nuestro país hay unas 22.000 personas con párkinson, no han sido operadas. La respuesta fue que no mucha gente sabe que existe esta cirugía ni que se hace en Colombia, donde hay entre 12 a 15 neurocirujanos funcionales entrenados para llevarla a cabo.
Algunos pacientes incluso creen que para tener acceso a ella deben buscar tratamiento en el exterior, pues ignoran que en Colombia se hacen más procedimientos de estos que en Brasil, México y Argentina, no obstante que en nuestro país las EPS tienden a negar la cobertura de este procedimiento, por su costo, de unos 100 millones de pesos.
El hecho es que Mockus fue operado hace cinco semanas, según fuentes cercanas a él, en la Fundación Santa Fe, aunque en esta clínica dicen que allá no fue. El procedimiento es como el de instalar un marcapasos, solo que no para el corazón sino para el cerebro, donde ubican electrodos y cables que son conectados a una batería, que suele ser ubicada en el pecho. Estos electrodos provocan que la persona recupere control sobre el movimiento y, a su vez, hacen que los pacientes requieran menos medicamentos.
Ambas cosas provocan una reducción de entre un 70 y un 90 % de los movimientos involuntarios y, por ende, mejoran la marcha, el sueño y el habla, principalmente; e incluso pueden tener un efecto positivo sobre el estado emocional de quienes son intervenidos.
Mi otra pregunta fue por qué, si esta cirugía existe hace tanto tiempo, un paciente como Mockus no es operado recién es diagnosticado. La indicación médica es hacer primero tratamiento estándar con medicamentos y terapia, entre otras cosas para tener seguridad de que la enfermedad sea párkinson en vez de una con síntomas similares. Si el paciente no responde bien a esto, tras unos 4 a 5 años, la recomendación es proceder con la cirugía, que, me dicen, tiene “prácticamente cero mortalidad y alrededor de solo un 5 % de probabilidad de complicaciones”.
No obstante, en las guías internacionales esta cirugía ya hace parte del tratamiento estándar del mal de Párkinson, por lo cual los pacientes deberían hablar con su médico tratante de la posibilidad de hacérsela en estadios más tempranos de la enfermedad.
A todas estas, Mockus está pasando su convalecencia en Lituania, donde ha estado dedicado a editar la obra artística de su madre, fallecida hace un año. Así las cosas, todo parece indicar que aun si el Consejo de Estado declara la muerte política del senador y exalcalde, tendremos Mockus para rato.