La manosfera y los ‘incels’

El empoderamiento de las mujeres está llevando a que los hombres se sientan amenazados.

En buena hora llega Adolescencia, la serie de 4 capítulos sobre el asesinato de una joven a manos de un compañero de colegio, que con más de 66 millones de visualizaciones en solo 11 días de estrenada en Netflix está poniéndonos a hablar de un tema que la sociedad no está viendo en su justa dimensión: la influencia de la llamada “manosfera” en la provocación de pensamientos y actitudes misóginas de los hombres, especialmente de los adolescentes y jóvenes.

La manosfera es el mundo digital en el que los contenidos predominantes muestran a las mujeres y al feminismo como culpables de los sufrimientos de los hombres o de que estos no puedan ser lo que se supone que un hombre debe ser dentro de una visión convencional de masculinidad.

En ella están, por ejemplo, los hombres que se declaran célibes involuntarios –incels, por las sílabas iniciales de dicha expresión en inglés– porque las mujeres no quieren estar con ellos. Para estos, tener una mujer o varias es una acción que valida su masculinidad frente a la sociedad; por ende, ser rechazados por las mujeres es, a su modo de ver, la manera como ellas les impiden ser hombres. Es decir, depositan en la mujer la responsabilidad de su ‘fracaso’ para establecer relaciones afectivas y sexuales, en vez de ver en ellos mismos las causas por las cuales no resultan atractivos para ellas.

En las redes sociales abundan grupos de incels, algunos abiertamente misóginos y otros disfrazados de espacios de apoyo para hombres. Uno de los pilares del movimiento incel es la teoría de la llamada ‘píldora roja’, de la cual hay una película, que parte de la base de que el 80 % de las mujeres están interesadas en solo el 20 % de los hombres

La serie también aborda cómo esa manosfera permea a los jóvenes a través de códigos que suelen pasar desapercibidos para los papás y las mamás. Por ejemplo, las connotaciones de los emoticones usados para la comunicación digital, que no tienen nada que ver con los significados explícitos de dichos íconos y no ofrecen ni pistas para siquiera sospechar a quienes revisen el chat de sus hijos.

Si bien Adolescencia no está basada en un único hecho real, sí está inspirada en un popurrí de noticias que inquietaron a sus productores y recoge lo que ya se viene evidenciando desde los estudios de género: el empoderamiento de las mujeres, y especialmente la determinación de las más jóvenes para que a ellas no las afecten las inequidades que vivieron sus madres y abuelas, está llevando a que los hombres de la misma edad se sientan amenazados y, en forma metafórica, emasculados (capados).

El estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas publicado en España en enero de 2024 es una muestra de ello. Este arrojó que el 44 % de los hombres creen que la promoción de la igualdad de las mujeres ha provocado que a los hombres se los discrimine. Una cifra que sube casi al 52 % entre los varones de 16 a 24 años. Esto lleva a percibir que la generación más joven estaría compuesta por mujeres muy conscientes de sus derechos y dispuestas a reclamarlos, y por hombres más resistentes a esos derechos de lo que lo fueron sus padres y abuelos. ¿Qué puede salir de esa combinación? Anticipo que nuevos focos de violencia y, entre otras cosas, una mayor incidencia en el decrecimiento de las tasas de natalidad, pues estos hombres y mujeres generacionalmente parejos están ideológicamente disparejos.

A este tema no debemos seguirle dando la espalda ni tomándolo a la ligera. Como dijo en entrevista con CNN Stephen Graham, uno de los actores principales de la serie y además guionista y productor de esta, “tal vez todos somos un poco responsables de alguna manera. Quizás por la crianza, por la educación, por el Gobierno, por la comunidad y por la estructura social en la que crecieron los niños”.

Claudia Isabel Palacios Giraldo

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