¿Tú y yo qué venimos siendo?

Las cifras de ENDS 2025 dan pistas del porqué hay menos hijos, más mujeres autónomas y más hombres incómodos.

Por fin salió la nueva edición de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, que debió haberse hecho hace 5 años. Los resultados de esta encuesta, que se hace (o se hacía) quinquenalmente desde 1990, son un tesoro para entender muchas cosas sobre el comportamiento de la sociedad y lo son aún más ahora que nos enfrentamos a la disminución de la natalidad y al envejecimiento poblacional. Voy a referirme a algunos de los datos que más me llamaron la atención.

Empiezo por el aumento de hogares con jefatura femenina. Mientras en la última encuesta, la de 2015, eran el 36,4 %, ahora son el 55,2 %. ¿Qué muestra esto sobre rol que los hombres están jugando en las familias y en la sociedad?, ¿cuál es el impacto que esto tendrá en los hijos e hijas criadas en hogares con una mujer como jefe? El dato no se refiere exclusivamente a hogares donde no hay papá, sino a hogares en los que el ingreso más importante o el único es el de la mujer. Por eso me pregunto si la generación que está creciendo en hogares así tendrá menos dificultad en reconocer en las mujeres valores como el liderazgo o características como la autoridad, que en términos generales son más asociados con lo masculino. ¿Favorecerá esto una disminución del machismo? ¡Sería toda una paradoja!

Ahora bien, ¿cuáles pueden ser las hipótesis si analizamos estos datos a la luz de las prácticas de uso de métodos de planificación familiar? La mencionada encuesta –o ENDS 2025– muestra que mientras los hombres han disminuido la práctica de usar condón y de hacerse la vasectomía, las mujeres han aumentado el uso de casi todos los métodos anticonceptivos, incluidos la esterilización, el implante subdérmico y las inyecciones.

Es decir, los métodos definitivos o de mayor duración. Desde luego que esto tiene relación con la disminución del deseo de tener hijos, pero además pareciera mostrar que son las mujeres las que toman las riendas de esa decisión, ya que un menor porcentaje de hombres procura asumir el control con alguno de los dos métodos anticonceptivos que ellos tienen. Me quedo pensando entonces si la menor disposición de las mujeres a reproducirse es algo realmente deseado o si es solo producto de que no encuentran compañeros que asuman la responsabilidad de planificar y sostener una familia con el mismo compromiso que ellas o con el nivel de compromiso que ellas desearían.

En otros apartes de la encuesta hay datos que me llevan a convertir esa pregunta en una hipótesis: mientras que el 23,8 % de los hombres piensan que el rol más importante de las mujeres es cuidar su casa y cocinar para su familia, la misma opinión entre las mujeres es ligeramente inferior, 20,5 %. Y mientras el 6,4 % de las mujeres dicen que en los hogares donde hay niñas y niños solo las niñas deben apoyar las labores domésticas, así lo cree el 8 % de los hombres. O sea, los hombres nos ven más responsables de los cuidados (no remunerados) de lo que nos vemos nosotras mismas.

Lamento el bombardeo de cifras, pero permítanme terminar con unas que ilustran cómo hombres y mujeres ven el propósito de estar en pareja. El 10,1 % de las mujeres y el 17,4% de los hombres dijeron que una mujer necesita un hombre para ser feliz; nótese la brecha de 7 puntos. Además, el 37,3 % de los hombres y el 35,2 % de las mujeres afirmaron que los hombres necesitan una mujer en la casa. Entiendo que las preguntas evidencian un sesgo: que las mujeres buscan una pareja masculina por acercarse a la felicidad, mientras que los hombres buscan una pareja femenina por necesidad (de cuidado del hogar, de la familia, de salud, de reproducción).

No obstante el sesgo, los números sí que dan pistas de por qué hay menos parejas, menos hijos, más mujeres disfrutando de su autonomía y más hombres manifestando su inconformidad con dicha autonomía. Una especie de eureka que debería detonar conversaciones para que hombres y mujeres nos preguntemos en serio: ‘¿tú y yo qué venimos siendo?’.

Claudia Isabel Palacios Giraldo

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