Gracias, Greeicy

Por ponerle tu rostro y carisma a un tema que muchas mujeres quieren gritar, pero no pueden.

La cantante y actriz Greeicy Rendón habla con cierta frecuencia en sus redes sociales de un tema que la sociedad no se ha tomado en serio. Ella lo plantea con la naturalidad, gracia y cercanía que la caracterizan, seguramente sin mayor pretensión que mantener a sus seguidores al tanto de su vida, lo cual no le resta ni un ápice a la relevancia del asunto. Me refiero al impacto de la maternidad en la vida de una mujer y en la sociedad en general.

Desde que nació su hijo, Greeicy ha mostrado momentos de su cotidianidad que ponen en evidencia los dilemas que la maternidad le ha traído, así como los retos que esta le ha impuesto a su carrera profesional. Por causa de esto, hace unos meses la matonearon cuando publicó un video en el que le reclama a su bebé por querer estar cargado todo el tiempo: “¿Y mi tiempo qué?, ¿y mi vida qué?”, le dice al recién nacido con cariño y contundencia a la vez, mostrando así la realidad que apabulla a casi toda mujer cuando se convierte en madre.

¿Cuánto le cuesta a un país que muchas mujeres no puedan desarrollar su talento y aplicar su conocimiento por ser madres? Ese costo se puede medir –se debería medir– en al menos tres formas: impacto en el PIB, en la salud mental de las mujeres y en la calidad de vida de los y las menores de edad. Mientras eso sucede, Greeicy nos da una idea de la dimensión del fenómeno al contarnos que está en “un callejón de amor, pero un callejón sin salida”, o que le temblaron las piernas al volverse a subir a un escenario luego de 6 meses sin hacerlo, o que encontró inspiración y reconectó con su camino en el concierto de Rosalía, por el cual salió por primera vez de viaje desde que tuvo a su bebé, sin traerlo con ella. Si eso siente una mujer tan privilegiada como ella, imagínense qué sentirán las madres que no tienen su éxito, oportunidades, talento, apoyo y belleza. Este es un asunto que supera los límites de la individualidad y de la familia… es en realidad un tema de Estado, aunque suene grandilocuente decirlo.

¿Cómo responder a este desafío? Desarrollar en su justo tamaño la llamada economía del cuidado es quizá la necesidad más apremiante para hacerlo, pero la respuesta debe darse en varios frentes. Uno de ellos es desmitificar la maternidad, algo en lo que todos podemos jugar un rol importante, desde la familia hasta la publicidad. Hablar de lo desafiante, agotador y estresante que pueden ser muchos días en la vida de una mujer madre no debería exponerla a juicios de valor que le impidan pedir ayuda o hacer todo lo que desee para combinar su vida personal con su vida laboral. Otra respuesta necesaria es garantizar los derechos sexuales y reproductivos, con educación sexual desde la infancia adecuada a la edad, acceso a anticonceptivos de calidad y larga duración, y a métodos de emergencia como la píldora del día después, así como al aborto seguro, según lo dispuesto por la Corte Constitucional.

El actual gobierno, que creó muchas expectativas respecto a estos temas durante la campaña, tiene un reto enorme en esta materia, pero aún no ha dado señales de que la tratará como una prioridad.

Entre tanto, gracias, Greeicy, por ponerle tu rostro y carisma a un tema que muchas mujeres quieren gritar, pero no pueden.

Claudia Isabel Palacios Giraldo

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