El grado que todos (y todas) deberíamos tener

Las cifras de feminicidio son más que una evidencia de lo necesario que es graduarnos de Endema.

Se gradúan hoy las primeras 185 personas de Endema, la Escuela Nacional de Desaprendizaje del Machismo. Sí, ¡quién lo creyera, estudiar para desaprender! Parece un contrasentido, pero no lo es, pues, en realidad, mientras se desaprenden las ideas y prácticas que hacen que hombres y mujeres tengan comportamientos y creencias machistas, se aprenden conceptos, datos y ejemplos de cómo transformar ese ‘formato’ mental en uno que promueva que, por ejemplo, las mujeres se sientan seguras en la calle y en sus casas, completamente libres para desarrollar sus talentos, y confiadas en la efectividad de denunciar cuando sean violentadas en cualquier forma.

Pero el beneficio de este desaprendizaje no es solo para las mujeres; de hecho, varios de los hombres que tomaron el curso destacan que se dieron cuenta de la importancia de expresar sus emociones, de buscar ayuda ante la ira, la tristeza o la frustración; de que cuidar su salud y su aspecto no los hace menos hombres, sino más saludables física y mentalmente; de que compartir el cuidado de los hijos los hace más felices, y que compartir los oficios domésticos favorece su relación de pareja.

En fin, por obvios que parezcan los hallazgos, es necesario destacarlos, pues esos comportamientos no machistas son, desafortunadamente, la excepción en vez de la regla, como debería ser por el bien de la sociedad.

Y aunque estos resultados son hasta ahora los del piloto de la escuela, son tan significativos que sus ejecutores y creadores –Unión Europea, Consejería para la Equidad de la Mujer y la EAN– ya están convirtiendo el curso en un diplomado certificable. Son 10 módulos temáticos: complicidad, estereotipos, menosprecio hacia las mujeres, labores domésticas, cuidado de las personas, paternidad activa, relaciones amorosas, sexualidad, derecho de las mujeres a una vida libre de violencias y machismo organizacional.

En cada uno, los/as estudiantes reciben la formación para identificar las ideas por desaprender y la guía pedagógica para cuestionar sus comportamientos y reemplazarlos por unos no machistas, es decir, por unos en los que ni explícita ni tácitamente se dé a entender que los hombres son superiores a las mujeres y que las mujeres tienen menos capacidades y derechos por el hecho de ser mujeres. Implica unas veinte horas de estudio virtual y, desde luego, muchas de autorreflexión y compromiso para lograr pasar de la teoría a la práctica.

Las aterradoras cifras de feminicidio en lo que va corrido del año, alrededor de 20, según la fuente que se consulte, y el aumento de 77 % en las llamadas a la línea 155 por violencia intrafamiliar en 2020 con respecto a 2019 son más que una evidencia de lo necesario y urgente que es que todos/as nos graduemos de Endema. Propongo que sea un requisito para obtener el título de bachiller o de profesional, igual que en muchos casos lo son los cursos de inglés, de redacción o de ética, pues brinda unas herramientas esenciales para la convivencia y la superación de muchos de nuestros problemas asociados a la violencia.

Y también debería ser un requisito para el mundo laboral, que, igual que capacita en aspectos como prevención de accidentes, podría hacerlo en desaprendizaje del machismo. ¡Qué gran aporte les harían las ARL y/o las cajas de compensación familiar al país si ofrecieran esta formación!

A quien crea que no tiene necesidad de ser un ‘endemólogo/a’, le invito a responder esta encuesta:
https://mujereslibresdeviolencias.gov.co/desaprendizajedelmachismo/.

Verá que al final pensará: ¿y dónde me matriculo?

Claudia Isabel Palacios Giraldo

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